KIDS (1995)
Larry Clark
Tenía 15 años cuando
Kids (1995) se estrenó. He de confesar que me ha resultado muy difícil plantearme volver a verla. Casi tanto como hablar de ella de forma aséptica e impersonal. Espero, por eso, que sepáis disculpar el tono y la primera persona. Creo que, junto con
Bienvenidos a la Casa de Muñecas (Todd Solonz), fue la película que más marcó mi adolescencia y mi futuro gusto cinematográfico. Tal síndrome de Estocolmo padecí con sus autores tras el visionado de
Kids que incluso cuando, en este mismo festival, tuve la oportunidad de ver
Gummo, me encantó, y sus efectos perduraron hasta el punto de defender a capa y espada
Julien Donkey Boy al año siguiente cuando el teatro Jovellanos casi se vació durante la proyección. Se trata de las dos locuras de ese auténtico
“enfant terrible” que con sólo dieciocho años escribió el guión de Kids: Harmony Korine, quien luego volvería a colaborar con Larry Clark en
Ken Park.
Angustia. Esa es la sensación que más recuerdo de esta película. Seguir los pasos de Chloë Sevigny con tanta rabia, temor y desesperación como sentía su personaje. Kids es una película sobre adolescentes, sobre sus preocupaciones, su día a día cuel y su pérdida de la inocencia. Jóvenes reales aunque muchos prefieran apartar la mirada.
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